America, Argentina
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Reino de Dios

 

Joseph Comblin

 19° Encuentro de curas 2005 (23-24 de agosto)

 Reiner Blanck, prof. en Sao Paulo, Escatología del mundo. El reino de dios es el centro de la predicación y la vida de Jesús. El condensa su vida y misión en el Reino de Dios. Pro poco después ya cambió, y los xnos. Entraron en un contexto cultural diferente. Loisy decía “Jesús anunció e reino y vino la Iglesia”. Hasta el 3er siglo todavía predomina el reino pero de un modo apocalíptico, como algo que viene, futuro. El apocalipticismo judía es muy fuerte, los elegidos y los condenados, como mirada fuerte contra el imperio romano, que es diabólico, un mundo que va a desaparecer. Y vendrá el reino de Dios.

Pero desde el s.III se producen acercamientos al mundo romano, cuando se adopta el xmo como religión oficial del estado romano, por lo que el reino de Dios es la “cristiandad”, y así se modifican todos los elementos, y el xmo es la religión oficial, la “societas cristiana”, lo que domina todavía en la mente de los jerarcas. El vat. II no fue tan fuerte para romper el reino de Constantino, y se sigue queriendo resucitar la sociedad cristiana. Esto inspira a todos los nuncios, y si se lo menciona es sólo una fórmula literaria. Esto irá avanzando, pero es una batalla muy larga, especialmente en la práctica. Eso fue lo que impulsó la alianza con Reagan, contra América Central, o con el PRI, y en Brasil y Argentina, donde los obispos creen que hablan en nombre del pueblo. Con la Reforma, desaparece la sociedad cristiana, no la mentalidad. Y aparece la Iglesia como cuerpo distinto (cuerpo luterano, católico…) y así, la Iglesia se espiritualiza, y se deja a los reyes el mundo. Eso también sigue en la mentalidad actual: “la iglesia tiene que meterse en cosas espirituales, no en política” y dejar el mundo a los príncipes cristianos. Cuando desaparecen las monarquías, la separación se confirma, y así la Iglesia refuerza su estructura institucional, normas, leyes, reglas; es cada vez más “Iglesia”. Si el Papa perdió su autoridad civil, en la Iglesia va creciendo hasta la actitud dictatorial actual. La Iglesia es el tema principal, y el vat. II quería definir la Iglesia, recién en las redacciones finales se vio que el xmo era algo más. Un buen xno es un buen parroquiano, ese es el ideal. Una Iglesia que se centra en sí misma, y así se corta la relación con los demás. La preocupación es el poder de la Iglesia, y su articulación en torno al poder político, económico, etc. El texto final del sínodo de A.L. a pesar que los obispos habían pedido que apareciera la opción por los pobres, lo que fue sacado, y aparecieron “dos opciones”: los MCS (un poder) y las Universidades (para preparar a las generaciones del poder). Los pobres no eran opción. Se habla con lenguaje religioso, pero eso es lo que está en el fondo. Mientras Lenin tomaba San Petersburgo, los obispos rusos estaban reunidos en esa misma ciudad discutiendo sobre rúbricas eucarísticas. La política de Bush es ciertamente dictatorial, pero no se ve que eso preocupe a la Iglesia, y no hay comentarios sobre las guerras preventivas.

La base militar en el Paraguay no parece preocupar a la Iglesia, ni a los gobiernos. ¿Y el reino de Dios dónde está? En la doctrina oficial está en la Iglesia, aunque hay que decir unas buenas palabras sobre los protestantes. Son las buenas maneras. Y esto está compenetrado en los católicos, y no hay fuerzas de contestación. Y se hace más, y más cerrado. Como el cónclave. Pero el reino queda fuera de las perspectivas. Es que la evolución de la teología no ayuda. Al principio, hasta el s.XVI el libro fundamental es la Biblia, aunque hay varias maneras de interpretar y leer la Biblia. Pero no es lectura, es selección; el Papa en Luján recitó el Magnificat y omitió lo de “derribó del trono a los poderosos y elevó a los humildes”, porque estaban los jerarcas (se lee seleccionando). A partir del s.XVI se empieza a leer lo que se busca en el diálogo con la filosofía griega (como la S.Th.), y la Biblia sirve para definir proposiciones que un católico debe aceptar. Y se busca la prueba de esas proposiciones en la Biblia, los Padres, la Liturgia… pero lo que importan son las presentaciones. Este modo sirvió para enfrentar a los protestantes, y después los liberales. Es el caso de Denzinguer y su selección de dogmas. La reflexión teológica es meramente deductiva, que puede servir para articular, pero no proporciona crecimiento del conocimiento. Es mera observación, y no hay crecimiento. Sólo la teología continúa hoy con lo deductivo, mientras las demás ciencias lo han abandonado. Lo más característico era el tratado De Gratia, donde había mucha controversia, y se multiplicaron miles y miles de tratados inútiles para ver la acción de Dios y la de los hombres. Hoy, se sigue aplicando el sistema deductivo, pero con conciencia de que no va más, y no se pasa al método inductivo: partir de la Biblia, y del N.T. y desde allí avanzar, debatir… Y se privilegia los textos del Concilio sobre la Biblia. Las definiciones del Concilio son el punto de partida. La cristología se transformó en un tratado que comenta los concilios y los tratados, con lo que oculta los Evangelios.

Es por eso que no se habla del Reino de Dos, porque los concilios no han hablado de eso. Lo normal es partir del mensaje de Jesús. Pero parece desorganizado, y que es necesario “organizar”. “Hijo de Dios” es indefinido en el N.T. pero el concilio de Nicea lo organizó. Si bien anuló el arrianismo, pero hoy no lo hay… Después de la resurrección, los discípulos le dieron formulación religiosa a su relación con Jesús, y cambiaron la expresión, porque no era clara. Y al cambiar la expresión, cambian el contenido. ¿Qué significa no contentarse con el lenguaje del NT y cambiar todo el sistema conceptual? Significa tener un sistema que permita   controlar, como Nicea, que fue citado y convocado por el Emperador, que quería una unión visible, y claro quienes eran los herejes. En Efeso fueron condenados los Nestorianos (y fueron a China), en Calcedonia los monofisitas (y así todos los africanos y egipcios; había que adaptar todo el modelo romano). Los egipcios le abrieron las puertas a los musulmanes porque los preferían antes que al emperador romano; y entró el Islam en una de las cunas del cristianismo. El lenguaje y gestos sencillos de los evangelios son inmediatamente comprensibles, y se refiere al reino de Dios, mientras que las reflexiones intelectuales que se hacen después ¿para qué sirven? Si pueden leer los evangelios entienden lo que Dios quiso, mientras que las construcciones intelectuales de la teología no les sirven (o sirven para dominarlos). Para que tengan la sensación de que no saben, porque el cura tiene la ciencia de la salvación (por eso hay poco interés en la formación de los laicos). Es inevitable que toda definición dogmática esté marcada por su época, pero que debe leerse y releerse con la mentalidad actual. En cambio, si se leen los Evangelios, no es para crecer en comprensión, sino para cambiar la vida. Si Jesús no quiso entrar en ningún sistema es que no quería usarlos para no entrar en un sistema de dominación. Había que hablar para los pobres, que no tienen sistema de dominación; quiso elegir el lenguaje de los pobres.

 En idioma semita, los nombres significan acción, como en nuestra tradición significan estados. Así, Reino es el estado don de un rey reina, en semita no es así. Como lo muestra el Sal 72, el reino es el movimiento de liberación, liberar a los pobres de la opresión de los ricos; por eso reino es reinar, es la posibilidad de crear un mundo nuevo; sacar a los dominados de su situación. El verbo “ser” o existe en hebreo, no se dice lo que las cosas “son”, lo que Jesús “es”, lo que el reino “es”, y Jesús nunca decía eso porque no habla así; lo que se contempla es el movimiento en marcha de liberación, en libertad para una vida diferente. Hoy día, reinar es dominar, legislar. No así en la Biblia, que si hace leyes es para defender los derechos de los pobres. En Jesús, ese movimiento ya está presente y entiende que va a continuar después que él. Es hacer lo que él hizo; en cada circunstancia será diferente pero el movimiento de liberación del mal, la opresión, del demonio, es en la misma dirección. Ha dejado de ser un puro porvenir, como la tendencia apocalíptica lo veía; la novedad de Jesús es la presencia, pero no como lo pensaban las autoridades de Israel. Los sacerdotes pensaban que el reino vendría por la celebración perfecta del culto, cuando todos celebraran dignamente. Para Jesús nada de eso tiene más sentido, todo se ha acabado: templo, culto, sacrificios; no tiene cabida la religión. Luego vuelve a reaparecer, porque es algo muy arraigado. Pero corre el riesgo de reemplazar lo verdadero. Y lo otro es mentira, como los símbolos, donde puede esconderse tanta mentira.

Con el tiempo hicieron de la eucaristía un acto cultual, religioso, pero originalmente era un acto conmemorativo, donde se recuerda el acto fundamental, comer, encontrarse, donde no hay acto religioso (después entra lo religioso, adorar, el sacrificio…) y se reintegran elementos judíos y más tarde paganos, y se construyó una religión. Eso no es ni bueno ni malo en sí, pero sí es mala si oculta lo verdadero. Un puro sistema simbólico donde se salvan con actos simbólicos que están para reemplazar el reino. Por eso los ricos suelen negarse a que lo verdadero: la defensa del pobre, la búsqueda de justicia esté presente. Jesús tampoco ofrece una ley, ni una lista de pecados, y condena a los doctores de la ley porque hacen de la ley un modo de condenar a los pobres. Jesús viene a perdonar los pecados, no a dar una ley, contra lo que se dice con frecuencia. La idea que se divulga no es así, incluso con el catecismo y la imagen de dureza negando comuniones; así la eucaristía es el sacramento de la división, cuando era el sacramento de la unión (además de que los pecados principales, nadie los confiesa). Hay un solo mandamiento, que es hacer como el samaritano. Acá la palabra amar tampoco traduce lo que significa. En occidente el amor es un mito y pasión, más cerca de los sentimientos y pasiones. En hebreo –ajab- es dar más vida; pero aun el ágape griego  no la traduce correctamente. En Jn se dice que Lázaro era el que Jesús amaba, pero la tradición posterior lo identifica con Juan, porque no era razonable que Jesús sintiera amor por uno ajeno a los Doce. No es fácil actuaren este mundo sin poder, dinero, superioridad intelectual… hay que tener poder. Y Jesús se somete a los poderes del mundo; por eso viene la venganza y lo matan; más tarde los discípulos están dispuestos a eso y sigue el mismo esquema. La Iglesia, por eso siempre puede recibir bienes, pero no puede darlos; los pobres, en cambio, es al revés. Una institución se puede mirar en la Iglesia por lo que ofrece a los pobres; y las leyes por si son leyes que defienden los derechos de los pobres. El gran desafío es dar vida a los pobres, dar esperanza. Para muchos el bautismo es el reconocimiento de ser humano, y negárselo es la opresión de decirles que van a seguir siendo inhumanos. En la casa, o en la capilla se pone en práctica la ayuda, y es en pequeños grupos (muy distinto a como dice la Congregación Romana donde muchas cosas son incomprensibles sin saber arqueología) donde se puede ir dando.

 ¿Qué decir sobre los ministerios? En el Ev el Reino de Dios se presenta como una lucha, o combate permanente (Jn 8; toda la historia humana es una lucha, con fuerzas de muerte, las elites judías, que buscan la muerte, y fuerzas de vida, con luchas lentas, duras, difíciles, con la dificultad que encuentra el mundo de los pobres de encontrar caminos de vida, en la lucha entre la vida y el pecado. Luchar contra el pecado es reconstruir, oponerse a esas fuerzas de muerte. Esta perspectiva no es clara en la mentalidad actual, es más clara en la filosofía marxista, donde la lucha es parte de su sistema. El combate de la vida contra la muerte es eje de la filosofía de Marx, que viene de la Biblia, de allí que uno diga que los antiguos filósofos eran griegos y Marx es el primer filósofo cristiano”, por eso ve desde el lado de los pobres, no desde la filosofía burguesa, y rechaza el Dios cercano a los poderes, por lo que de hecho rechaza un ídolo. Pero con la caída del muro, la filosofía marxista quedó de lado, y predomina la visión capitalista que es siempre optimista, todo es lo mejor posible y si hay defectos, se irá corrigiendo solo, y habrá felicidad para todos; eso es lo que se ve en la TV, y los MCS. Eso lo vemos como los ricos les roban a los pobres cada día, un total de un trillón de dólares al año. Y esto no se dice, en los MCS, los pobres deben ser pacientes. Todo eso es mentira, son hijos del padre de la mentira. Pero hay algunas fuerzas de vida que se resten, no se dejan destruir por la mentira generalizada, porque no es un retraso lo que genera la pobreza, sino el robo. Ese es el pecado del mundo. De ahí que el Reino de Dios es un combate constante, que encuentra una resistencia que se renueva siempre. Ese camino no es un camino fácil, sino estrecho, y sabe que a él lo matarán, como mataron a los que lo precedieron y denunciaron la mentira, como es el caso de mons. Romero. Si el Papa hubiera hablado, seguramente no lo hubieran matado, pero la jerarquía necesita hacer alianza con los poderosos. Eso parece característico de su ministerio.

¿Dónde está el Reino de Dios? Es precisamente una lucha de la vida contra las fuerzas de muerte (acá cuenta anécdotas sobre Lorscheider, Arns y los que lo sucedieron). Nuestro sistema clerical infantiliza a los laicos, y no se permiten la independencia de evangelizar; solamente el sacerdote sabe. Eso, claro, es inconsciente (como los grandes pecados, que son inconscientes). Lo que se ve es que el ministerio creado por Jesús son los apóstoles, a los que les dio la misión de ir al mundo entero y anunciar el Reino de Dios; y ¿después de los 12, qué? No se dice que tuvieran sucesores, y no parece haber querido prever para que hubiera libertad para más tarde, sobre cómo sería la sucesión de los ministerios en el porvenir. El decreto conciliar salta de Jesús a Ireneo, pero en Pablo la cosa es por carisma, no por investidura; Juan es más reservado todavía, y en la 3° carta ya se ve que hay uno que quiere ser más que otros. En Ignacio de Antioquia ya se ve una jerarquización. Pero en Roma, Clemente firma “presbítero”. Pero cuando se justificó el episcopado, se empezaron a hacer listas de obispos y Pedro, Pablo y Clemente “pasaron a ser” obispos. Pero había también muchos ministerios de los que Ireneo no habla. Pero como hubo represión contra el profetismo, que era independiente, empiezan a desaparecer. Aunque hasta el s.V eran itinerantes, como un “obispos del campo”, misioneros y autónomos. Después se empezó a organizar oficialmente la Iglesia, desde Constantino, que quería saber quien es el que manda. Así comenzó a exaltarse la figura episcopal. Constantino reunió a los obispos a Nicea. ¿Por qué sólo a los obispos y no a los profetas o itinerantes? Para que se organizara según el modelo imperial, y les dio las insignias de los gobernadores (toga, mitra, anillo…). Pero el que no aceptó fue el obispo de Roma que se veía más arriba. Así los obispos se irán transformando progresivamente en funcionarios públicos. Hasta el s.VII-VIII el pueblo elegía o participaba en la elección del obispo. Pero como nada fue definido por Jesús, todo puede cambiar en los ministerios. ¿Por qué no participan   -como antes- laicos, abades, etc en los concilios ecuménicos? Por lo menos podemos recordar que Jesús no estableció nada de todo esto. Lo que se busca es que los laicos no tengan libertad. En lugar de hacer campañas vocacionales, se debería hacer campañas de conversión a la Iglesia para que acepte las vocaciones que Dios manda. Es pedirle a Dios que se haga nuestra voluntad; es hacer de Dios un ídolo (pero como siempre inconsciente).

 En el s.II los ministerios se van sacralizando, la Eucaristía es vista como sacrificio, con lo que hace falta sacerdocio, altar, templos y todo lo que Jesús había eliminado. El obispo deja de ser un misionero para ser un hombre religioso. En el contexto cultural era inevitable que apareciera una nueva religión y el cristianismo lo fue. Tiene que ver con el contexto cultural en el que se desarrolló, pero puede cambiar, y puede no ser “religioso”. En el mundo contemporáneo las religiones no atraen mucho, sino que interesa otra cosa. Hoy las religiones que aparecen no son “religiosas”, no hay adoración a Dios, son metodologías de autoayuda, o sabidurías. Con Constantino creció mucho, porque fue religión del estado. Allí sí que debía ser religiosa y se aprovecharon todas las cosas que había en las religiones del momento. En lugar de reflexión sobre el evangelio se hace proclamación, incienso, etc es venerada la Biblia como objeto litúrgico; lo mismo las imágenes de Jesús emperador (como en Santa Sofía), Jesús es el Todopoderoso. En este contexto los sacerdotes son también parte de los poderes de Jesús; incluso en el Vat II los obispos tienen el triple poder de enseñar, santificar y gobernar. Desde Trento hay toda una espiritualidad donde el sacerdote es alguien sobrenatural, solo reservado para el culto y separado del mundo. En el s.XIX el sacerdote sacramentalizado como el cura de Ars es la imagen del hombre totalmente dedicado al culto. Hoy, esa sacralización ya no pertenece a la cultura salvo en contados sectores. JP II acentuó esa sacralización recordándolo en su carta de cada Jueves Santo. En este contexto surge el celibato, en la idea frecuente de que antes del sacrificio el sacerdote debe abstenerse de relación sexual.

En A.L. en la segunda mitad del s.XIX empezó la romanización porque era frecuente que los curas tuvieran esposa e hijos, y los hijos eran buena gente. Pero en el pontificado de Pio IX se acentuó la espiritualización y la sacralización. Ahora, la gente distingue este cura de aquel otro, ese es bueno y aquel no. No es bueno por ser cura, ha desaparecido la sacralidad. Desde Nicea, el Imperio reconoce sólo las 3 categorías de diácono, presbítero y epíscopo, y no hay más ministerio que esos tres, y lentamente los misioneros itinerantes o los profetas empiezan a desaparecer. Con esto se perdió mucho, porque esos ministerios tuvieron mucha importancia. Pero el triunfo de la Iglesia imperial fue muy formal, y en ese momento aparecen los monjes que hasta el s.XIII son los que van a dirigir espiritualmente la Iglesia; los obispos dirigen los sacramentos, pero no la Iglesia. Hasta Trento el cura no predica, el cura sólo se dirige a Dios, no a la gente. Los verdaderos evangelizadores fueron los monjes, los que fundaron todas las congregaciones, como especialmente Cluny. Ellos construyeron una sociedad cristiana en un mundo esencialmente rural, evangelizada y desarrollada por los monasterios. En el s.XIII aparecen las ciudades como lo fundamental, y aparecen los mendicantes.

Francisco de Asís se negó rotundamente ser sacerdote, porque no siéndolo podía evangelizar y podía mostrar con su modo y su palabra lo que es el Evangelio, lo mismo los demás mendicantes. Suele ser pecado de los papas destruir lo que el Espíritu manda a la Iglesia. Los mendicantes guiarán la Iglesia hasta el s.XIX. Tomás defenderá a los mendicantes contra el clero, que los acusan de usurpar los derechos del clero. Los mendicantes, siendo reconocidos ppor el Papa podían entrar a todas partes sin depender de los obispos, con lo que hubo un ministerio paralelo. Lo que los monjes hicieron en la sociedad rural, lo hicieron los mendicantes en las ciudades. Pero empapa los quiso incorporar si aceptaban la ordenación sacerdotal, y no fue posible negarse, lo que no fue bueno, porque los religiosos en parroquia no cumplen su misión propia y no se ve en qué se diferencian del clero diocesana. Así queda prisionero de las funciones sagradas y no hay espacio para evangelizar en el mundo. Por eso los primeros dominicos y franciscanos en A.L. vivieron con la idea de crear una nueva Iglesia no influida por la europea. En un primer tiempo ellos pudieron hacerlo con libertad con Carlos V, pero Felipe II –influido por Trento- no les permitió salir de sus conventos para dedicarse exclusivamente al culto.

Había aparecido en la edad media la relación misa y difuntos y había muchísimas misas que decir por los difuntos. Después surgió el liberalismo que difundió una filosofía no cristiana, así surgió un clero que fue militante, anti… anti liberal, anti masónico, un clero esencialmente defensor de la institución eclesiástica. Capaz de reconstruir el poder de la cristiandad. Con la separación Iglesia-Estado, algunos empezaron a decir que “ahora sí” la Iglesia queda libre, pero los Obispos respondieron al desafío de la separación proponiéndose reconquistar el poder, y empezaron a buscar educar a los hijos de los futuros dirigentes, el objetivo era fundar colegios para los hijos de la clase dirigente. Con esto se reconquistó buena parte de su poder, pero evangelización y justicia, nada. Así aparecieron los capellanes militares para entrar en el ejército, pero otros lo vieron como un peligro. Así se dedican las figuras del obispo y sacerdote dedicados al poder, hospitales, colegios, sindicatos, periódicos, radios todas CATÓLICAS, instituciones que contienen un poder, y que asocian a la Iglesia al poder. Con el desarrollo de la tecnología se multiplican las cosas, en una diócesis hay cientos de organizaciones, “para todos los gustos”, pero no se delega en los laicos y es el sacerdote el que gobierna.

Así todo el tiempo ocupado, aunque esté todo vacío de contenido. Así entra la burocratización, lo que genera un clero cansado y agotado por un montón de cosas inútiles. Sin que quede claro por qué las hace un sacerdote y no un laico que puede hacer la mayoría de esas cosas. Pero van apareciendo vocaciones y ministerios laicos (que no deberían aceptar la tentación de ser religiosos para conservar la libertad), que deben seguir siéndolos para ser fermento en la realidad de los pobres. Hay muchos casos de personas dedicadas totalmente a la gente y a la evangelización, que no quieren ser religiosos para mantener independencia. Pero hay que estimular a esas personas sin burocratizarlas o estructurarlas, porque para evangelizar es necesario ser libres. Por eso algunos sacerdotes se emancipan del esquema, porque es mejor seguir la voluntad del Espíritu que la de un obispo que actúa con esquemas administrativos. Al lado de un ministerio tan exaltado como el sacerdotal, hay otros que no están en el Derecho Canónico, y son los ministerios que van surgiendo porque no se puede planear la acción del Espíritu de Dios. Por eso hay que estar adentro mirando atentamente dónde va manifestándose, y siempre atento al mundo de los pobres.

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