America, Argentina
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    Escuchar el clamor de la tierra como el clamor de los pobres

     

     

    «Así son los ricos: por haberse apoderado primero de lo que es de todos, se lo apropian a título de poseedores. Si cada uno tomara lo que cubre su necesidad, y se limitaran a dejar lo demás para quienes lo necesiten, nadie sería rico, nadie pobre» (San Basilio [330-379], homilía sobre la parábola del rico insensato)

    A lo largo de diferentes momentos de nuestra historia reciente, en momentos que nos parecían importantes pronunciar una palabra tratamos de hacer nuestra la voz y el clamor de los pobres. No somos sus delegados, pero sabemos que nuestro corazón pastoral trata de latir al ritmo de sus fiestas y duelos, gozos y esperanzas, angustias y tristezas.

    Estamos por celebrar un nuevo aniversario de la decisión de vivir como un pueblo libre, justo y soberano, en medio de un clima de desazón y desconcierto. Un clima que puede ser peligroso. Tenemos claro que hay opciones que solo serían de destrucción o de suicidio colectivo. Uno, que pretende ser candidato el año próximo, ya hizo públicas sus propuestas de reformas laboral y previsional. Pero no vemos menos desconcierto en el gobierno.

    Repetimos lo dicho en nuestro mensaje al concluir nuestro reciente encuentro nacional, nuestra opción no es por tal o cual partido o candidato o candidata, es por las y los pobres. Y creemos que, mientras algunos parece que solo se miran a sí mismos o miran con pocas o contadas aspiraciones las próximas elecciones presidenciales, el pueblo, los pobres del pueblo, no sabe cómo hacer para que llegue la comida a su mesa. Muchos recurren a comedores, llevan sus hijos a comer a las escuelas, recurren a Cáritas u otras instituciones, pero el trabajo digno, con un salario también digno es cada vez más una utopía. Creemos que el gobierno se ha olvidado de los pobres, que las políticas, dictadas desde el exterior (políticas económicas, pero también de relaciones internacionales, de infraestructura, sociales y hasta educativas), no dan respuestas y alientan el desánimo.

    No nos interesa el 2023, nos interesan los pobres, lo repetimos, y los pobres no figuran ni en las políticas oficiales, ni en los sindicatos o movimientos sociales y – menos todavía – en la oposición.

    Respetuosamente pedimos al gobierno un urgente cambio de rumbo (que, probablemente, implique cambios de nombres), y la firme decisión de enfrentar con firmeza a los responsables del hambre y la injusticia. Las enormes ganancias de los que se enriquecen con la crisis y el hambre y el temor al reclamo de socialización de las riquezas no es lo que se votó cuando dijimos ¡basta! al neoliberalismo. No hacemos sino responder al presidente que pidió que lo ayudemos a corregir las cosas que están mal. No hay injusticia sin injustos, no hay pobreza sin ricos que acumulan (al menos en nuestro país), no hay mentiras sin mentirosos, ni odio sin odiadores. Estamos convencidos que los pobres de la patria sabrán agradecer y acompañar nuevos rumbos que los tengan en cuenta. Y con ellos estaremos caminando y cantando.

    Grupo de Curas en Opción por los pobres

    24 de mayo de 2022
    (7º aniversario de la encíclica del Papa Francisco, Laudato Si
    y vísperas de un nuevo aniversario del Primer Gobierno Patrio)

     

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    Navidad: retomar sueños y utopías  

     

    “Para ustedes brillará el sol de justicia que trae la salud en sus rayos”
    Malaquías 4,2

    Celebramos una nueva Navidad. Jesús nace pobre y entre los pobres. Y la encarnación del Hijo de Dios logra que la historia esté preñada de un futuro mejor. Toda la profecía de Israel apuntará a la victoria de la luz sobre las tinieblas. La humanidad tiene promesa de plenitud en Dios.

    Ciertamente cada Navidad hace renacer en nosotros y nosotras toda esperanza. El Dios que nos revela Jesús es un Dios que siempre está naciendo, que siempre hace posible la novedad, que siempre nos propone retomar los sueños y las utopías.

    La Fiesta de la Democracia y los Derechos Humanos del pasado 10 de diciembre sirvió para esto, precisamente: retomar sueños y utopías. Y nos recordó aquello que Alberto Fernández nos dijera al pueblo hace dos años, el mismo día en que asumía como Presidente de la Nación:

    “…quiero también convocarlos a que si alguna vez sienten que me desvío en el compromiso que hoy asumo salgan a la calle a recordarme lo que estoy haciendo. Les prometo que volveré a la senda sin dudar un solo instante…”

    Recorriendo las palabras del presidente nos sensibiliza la prioridad expresada hacia los marginados y excluidos; y el pago de la deuda externa supeditado al crecimiento del país; así como también el anhelo de la regularización del hábitat y la construcción de viviendas, entre otros temas. Ese discurso nos llenó de sanas expectativas. No es nuestra intención situarnos como fiscales del gobierno nacional, pero sí retomar un tema urgente tan cerca de la Navidad. Necesitamos volver a creer en este “Nunca Más” que propuso el presidente.

    Dijo Alberto ese día:

     “…Hemos visto el deterioro judicial, en los últimos años; hemos visto persecuciones indebidas y detenciones arbitrarias inducidas por quienes gobiernan y silenciadas por cierta complacencia mediática… Nunca Más a una justicia contaminada por servicios de inteligencia, “operadores judiciales”, por procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos. Nunca más a una justicia que decide y persigue, según los vientos políticos del poder de turno. Nunca más a una justicia, que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni a una política, que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno… porque una justicia demorada y manipulada significa una democracia acosada y denegada.”

    La Corte Suprema de Justicia, con tan sólo cuatro miembros (dos de ellos puestos originalmente a dedo por Macri y, además, autovotados para presidirla)  y sólo constituida por varones, no da garantías de imparcialidad alguna ni la posibilidad de hacer verdadera justicia en temas muy sensibles para la sociedad.

    Milagro Sala sigue siendo una presa política. Y el sistema judicial no termina de dar señales de la necesaria independencia de poderes. La justicia sigue siendo “demorada y manipulada”, “utilizada para saldar discusiones políticas”. Lejos quedamos los comunes mortales de poder desentrañar por qué se demora esta justicia que espera Milagro y tantos y tantas hermanos y hermanas.

    Soñamos esa justicia que esperan, en primer lugar, nuestros hermanos y hermanas más pobres. Sí, “que se abran esas prisiones injustas”, como proclamaba el Profeta Isaías (58,6).

    Pero también hay otros temas que nos surgen, cercana ya la Navidad. Contemplamos el pesebre en el que Jesús nace, indefenso y sin un techo seguro.  Es urgente que diputados y senadores sesionen y avancen ya con algunas leyes fundamentales, en un país donde sobra la tierra, pero está distribuida de modo injusto y desigual: y como se hizo con la Ley Nacional sobre Personas en situación de calle y familias sin techo, se aprueben también la Ley de Acceso a la Tierra, la ley de humedales, la ley de envases,  la prórroga de la Ley de Emergencia Territorial Indígena 26.160 y la Ley de Tierra, Techo y Trabajo, entre otras urgentes.

    En esta línea, también repudiamos todo avasallamiento contra las comunidades de pueblos indígenas y sus derechos. Las muertes mapuches en el sur de nuestra patria ensombrecen la celebración del Dios que busca nacer en medio nuestro.

    No será feliz nuestra Navidad con presos y presas políticas, ni con hermanos y hermanas indígenas atropellados y atropelladas en sus derechos, ni con hermanos y hermanas en situación de calle, sin tierra, ni techo, ni comida, ni trabajo; ni con un país cuyo futuro esté condenado a muerte por la avaricia de empresarios que no miran otra cosa que su renta o por la exigencia de pagar la deuda con el FMI (una deuda fraudulenta que debería ser pagada con el patrimonio de quienes la contrajeron de manera inconsulta con el pueblo). No será feliz la Navidad con multimedios de comunicación que, mientras reciben suculenta pauta publicitaria oficial, se encargan de demoler todo signo de esperanza. No será feliz la Navidad si un minúsculo grupo de los más ricos de la patria persisten en negarse a aportar una ínfima parte de sus bienes para aliviar apenas un poco los dolores de tantas y tantos. No será feliz la Navidad mientras sigamos velando a víctimas de “gatillo fácil” o de femicidio en nuestros barrios. No será feliz la navidad sin una urgente y necesaria reforma del poder judicial, tan lento hoy para juzgar a los poderosos y tan veloz en condenar a los y las pobres (los abundantes ejemplos de esto lastiman los ojos y hieren la paz interior).

    En el Misterio de Jesús, “Sol que nace de lo Alto” (Lucas 1,78), trabajemos para disipar la tiniebla de toda infelicidad. Queremos anunciar a todo nuestro pueblo una Buena Noticia, esa que viene con Jesús, pero no ignoramos que hay circunstancias y personas que no hacen sino obstaculizar o impedir este anuncio. A estos los queremos llamar a la conversión, o a someterse a un poder judicial independiente que añoramos; y a los y las pobres de la patria repetirles con Jesús que él vino para que haya “vida y vida abundante” (Juan 10,10) y que queremos caminar con ellos en la búsqueda de esa vida, de justicia y de paz, para todas y todos.

     

    Grupo de Curas en Opción por los Pobres
    Diciembre 2021

     

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Categoría padre: ROOT Categoría: Cartas y Firmas

Las informaciones que se han hecho públicas dicen que el Obispo Castrense, Mons. Baseotto se ha reunido con 7 miembros de la Corte Suprema de Justicia para solicitar que se reconozca -en nombre de la inquietud de sus fieles, las FFAA- la constitucionalidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Los abajo firmantes rechazamos tanto esta solicitud del Obispo Castrense que parece ser cierta, ya que no la ha desmentido- como la posibilidad de que las leyes de la impunidad sean reconocidas como constitucionales por una Corte de dudosa legitimidad.

 

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            Como Obispo de Roma, y Pastor de la Iglesia universal, el Papa debe velar por el cuidado de toda la Iglesia. Muchas veces, una medida que puede ser positiva para toda la Iglesia, puede no ser la medida deseada en un determinado tiempo y lugar.  

            Este parece ser el caso de la erección de diócesis castrenses en determinados lugares del mundo. Después de las atrocidades y crímenes aberrantes, del terrorismo de estado y la cobardía manifiesta de abusar de mujeres, apropiarse de menores, torturar y asesinar a personas detenidas e indefensas, violar la propiedad privada de los detenidos, las Fuerzas Armadas Argentinas estuvieron ante la oportunidad única de reconciliarse con la sociedad juzgando a los principales responsables.  

            Prefirieron, en cambio, asumir una actitud de cuerpo y actuar como tal. Hubo sí, una actitud pública teórica del general Martín Balza, pero las actitudes del mismo Ejército en ese momento (recordemos la actitud de generales retirados) y las de su sucesor, el general Brinzoni, mostraron que las palabras del general no eran la palabra del Ejército Argentino.  

            Es a estas Fuerzas Armadas, y en este tiempo, que se las ha reconocido como una Diócesis, ya no territorial, sino temática, con seminario propio, catedral propia y obispo propio. Desde hace unos pocos meses fue elegido para este cargo, Mons. Antonio Juan Baseotto.  

            Con respecto al mismo período de tiempo, la Conferencia Episcopal Argentina siguió otro camino, diferente al seguido por las FFAA, y de un modo que para muchos fue tardío e insuficiente- pidió perdón a la sociedad. Es justo decir que no hicieron lo mismo otros grupos de la nación (empresarios, MCS, sindicatos...). Sin embargo, en lamentable coherencia con otros obispos castrenses, como Tortolo y Bonamín, el hoy titular del Obispado Castrense, Mons. Baseotto, parece actuar más en coherencia con los cuerpos del Ejército, que con las palabras de los Obispos.

 

            Dice Mons. Baseotto que tuvo una reunión con los miembros (7 de ellos) de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El objetivo de la misma era velar por la inquietud de sus fieles, refiriéndose a la incertidumbre de varios miembros de las Fuerzas Armadas por la posibilidad de que las leyes de Punto Final y Obediencia Debida sean declaradas inconstitucionales. Mons. Baseotto, antes de desempeñarse como obispo castrense, fue obispo de Añatuya, en Santiago del Estero, una de las diócesis más pobres del país. Y nunca que nos conste- se reunió con el más alto tribunal para velar por la inquietud de sus fieles. Durante más de una década decenas de leyes perjudicaron en particular a los más pobres, y no se oyó jamás la voz del Obispo (recordando, además, que era el encargado nacional de la Colecta Más por Menos).  

 

            Podríamos nombrar decenas de leyes, algunas de dudosa constitucionalidad, que jamás merecieron comentario público del Obispo. No se lo escuchó hablar de las privatizaciones, de la destrucción del aparato productivo, de la aniquilación de las economías regionales, de las rebajas de salarios, del descuento del 13 % a los jubilados... El Obispo permaneció en silencio, al menos ante la Corte Suprema.

 

            Las leyes de Punto Final y Obediencia Debida buscaban, se dijo de un modo falaz, la pacificación. Es evidente que ello no ocurrió, y que el Obispo insista en lo mismo revela si no ignorancia, ingenuidad, o incluso complicidad. Si todos somos iguales ante la ley, ¿por qué existe una ley de Punto Final? ¿existe una ley análoga para delitos comunes, o de los comunes? Sobre la Obediencia Debida, el mismo Concilio Vaticano II (Gaudium et Spes 79), que el Obispo debe haber leído, hace expresa crítica a cualquier argumento semejante:

 

            Teniendo presente esta postración de la humanidad el Concilio pretende recordar ante todo la vigencia permanente del derecho natural de gentes y de sus principios universales. La misma conciencia del género humano proclama con firmeza, cada vez más, estos principios.

            Los actos, pues, que se oponen deliberadamente a tales principios y las órdenes que mandan tales actos, son criminales y la obediencia ciega no puede excusar a quienes las acatan. Entre estos actos hay que enumerar ante todo aquellos con los que metódicamente se extermina a todo un pueblo, raza o minoría étnica: hay que condenar con energía tales actos como crímenes horrendos; se ha de encomiar, en cambio, al máximo la valentía de los que no temen oponerse abiertamente a los que ordenan semejantes cosas.  

 

            Cuando visitó Roma para la visita periódica al Papa, con ocasión de los saqueos y movimientos populares del 2001 -quizá haciendo campaña para el Obispado Castrense- Baseotto afirmó que en el Gran Buenos Aires la gente estaba armada, y que había células de la guerrilla latinoamericana. Quizá por estar en un pueblo olvidado de las autoridades, el obispo desconozca la realidad del Gran Buenos Aires: después de los saqueos, las fuerzas policiales fueron por todos los barrios alentando el miedo e informando que de barrios vecinos (en general nombrando los barrios pobres de supuesta mala fama: Villa Itatí, Fuerte Apache, la Cava...) venían hordas a saquear barrios. Esto, que luego fue interpretado como un operativo de desmovilización, en especial después que se decía- punteros políticos del Gran Buenos Aires- alentaron los saqueos, evidentemente condujo a que la gente mostrara sus armas. Es cierto que hay muchas armas en el Gran Buenos Aires, como así también las hay en muchos barrios de la Ciudad de Buenos Aires; ¡y armas muy importantes por cierto!, pero debería saber el Obispo (incluso Telenoche Investiga mostró algo de esto) que las armas les eran provistas o vendidas por los mismos organismos de seguridad -Ejército incluido- y no por guerrilleros latinoamericanos.

 

            Aún queda un elemento a tener en cuenta: la honorabilidad de la Corte Suprema. No es preciso hacer mención al enorme descrédito del que goza la Justicia en la población. Los mismos Obispos, en la frustrada Mesa del Diálogo hicieron referencia a la necesidad de muchas renuncias que nunca ocurrieron. Incluso un evidente chantaje frenó un juicio político que parecía bien encaminado. Recurrir, entonces, a una corte de la vergüenza, parece más destinado a lograr un escudo protector que a conseguir una imparcial administración de la justicia.  

 

            Visto todo esto podemos sintetizarlo de la siguiente manera: no se manifiesta un ardiente celo por la situación de los pobres; no hay una preocupación por la verdadera justicia, sino que se pretende influir sobre ella, como ya lo viene haciendo el Ejército; no se manifiesta fidelidad al Concilio Vaticano II; ni se procura una igualdad ante la Ley de todos los ciudadanos, entendiendo que hay ciudadanos de primera y de segunda; no parece haber coherencia con el Episcopado Argentino (al menos con lo que éste ha dicho públicamente); no parece preocupado por la verdad, sino que parece defender una ideología por todos conocida. Por todo esto, queremos expresar nuestro sincero rechazo:  

 

+ repudiamos las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, y esperamos que se reconozca a la brevedad su inconstitucionalidad;

+ rechazamos el accionar de Mons. Baseotto y lo invitamos al silencio, al arrepentimiento y a una manifestación pública de fidelidad a la Iglesia, que sus actos manifiestan rechazar;

+ desconocemos la legitimidad de la actual Corte Suprema de Justicia que, aunque reconociera la inconstitucionalidad de las leyes en cuestión, se ha manifestado en reiteradas oportunidades comprometida incondicionalmente con el modelo y los personajes políticos que destruyeron la Nación, y perjudicaron en particular a los pobres;

+ invitamos al Ejército y demás fuerzas de la Nación, a comprometerse en la verdadera defensa de la Patria, defendiendo los derechos de los pobres, de las víctimas, reconociendo públicamente sus errores, renunciando a actitudes corporativas que defiendan a los responsables del horror y la muerte;

+ renovamos nuestro compromiso con la Paz, que supone verdad y justicia, como los mismos Obispos Argentinos lo han manifestado, y repudiamos el ocultamiento, la injusticia y el terrorismo de estado;

+ renovamos nuestro compromiso con la defensa de los Derechos Humanos y repudiamos toda violación de ayer o de hoy, amparada bajo la institución bajo la que se ampare;

+ rechazamos la Doctrina de la Seguridad Nacional, que enlutó nuestro país, y que es incluso- la ideología que pone a la humanidad ante el riesgo de una nueva guerra en Irak.

 

                                                                                                                     1 de marzo de 2003  

 

                  Sacerdotes

 Víctor Acha, Córdoba

Ponciano Acosta, Formosa

Pablo J. Agüero fm, Quilmes

Sergio Agüero fm, Merlo-Moreno

Nicolás Alessio, Córdoba

Ignacio Blanco, Quilmes

Javier Buere, Quilmes

Pablo J. Bustos sdb, Santa Rosa

Rubén Capitanio, Neuquén

Angel Mario Caputo, Quilmes

Lucio Carvalho Rodrigues, Quilmes

Marcelo Ciaramella, Quilmes

Néstor Cruz García, San Isidro

Juan Angel Deuzeide, San Carlos de Bariloche

Pablo Escariz, Merlo-Moreno

José Antonio Farfán palot, Córdoba  

Claudio Faivre Duboz, Alto Valle de Río Negro

Guillermo Fernández Beret op, Santiago del Estero

Hugo Finola, Quilmes

Fermín Gauna, Quilmes

Carlos Gómez, La Plata

Juan José Gravet, Rosario

Bernardo Hughes cp, Buenos Aires

Hernán Ingelmo, Neuquén

Juan Pablo Lavigne, Neuquén

Eduardo Leuzzi fm, Merlo-Moreno

Jorge Marenco, San Isidro

David Meza, Quilmes

Miguel Angel Muñoz sdb, Quilmes

Francisco Murray cp, Buenos Aires

Ernesto N. Narcisi, Humahuaca

Sergio Navarro, merced, Tucumán

Juan Carlos Ortiz, Córdoba

Magín Paez, Neuquén

Marcelo Pérez cp, Buenos Aires

José Piguillem, Merlo-Moreno

Carlos Ponce de León, Córdoba

Antonio Puigjané ofmCap, Buenos Aires

Antonio Qualizza, Neuquén

Roberto Queirolo, La Rioja

Vicente S. Reale, Mendoza

Luis Rodríguez svd, Lomas de Zamora

Juan José Romero palot, Córdoba

Julio Sabagh, Santiago del Estero

Carlos Saracini cp, Buenos Aires

Marcelo Sarrailh, Córdoba

Adolfo Segovia, Rosario

Eduardo de la Serna, Quilmes

Ramiro de la Serna ofm, Rio Cuarto

Daniel Siñeriz, Rosario

Teodoro Timpte, Quilmes

Salvador Yaco, Rosario

 

 

                  Religiosos, institutos seculares y diáconos

 Liliana Josefina Badaloni, Dominicas del Santísimo Nombre de Jesús

Leticia Batista, dominica

Alejandro Bruni, La Salle

María Regina Caride, Franciscanas Misioneras de María

Ricardo L. Carrizo (diácono), Quilmes

Teresa Cuningham, dominica

Ana Inés Facal, Franciscanas Misioneras de María

Caitríona Gorman, dominica

Ana Padró, cristífera

Martha Pelloni, carmelita misionera teresiana

Carlos Ramírez (diácono), Rosario

Cecilia Sayavedra, hijas de Jesús

Ariel Zottola, operario diocesano

 

 

                  Laicos

 Luis Angel Abdón, Neuquén

Guillermo Acedo, Lomas de Zamora

Maia Alaluf, Santa Fe

Juan Aníbal Albaytero, Quilmes

René Alcaraz, Rosario

Gabriel Andrade, Rosario

María Adela Antokoletz, Buenos Aires

María Clara Arvelo, Quilmes

María Patricia Astelarra, Buenos Aires

Luis Alejandro Auat, Santiago del Estero

Cristina Avendaño, Chubut

Viviana Avendaño, San Isidro

Soledad Badalá, Rosario

Antoni Badia, Barcelona, España

Roberto Baigorri, Rosario

Adelaide Baracco, Barcelona, España

María Laura Barral, Buenos Aires

María Adela Barraza, Córdoba

Ana Ramona Barrios, Reconquista

Nancy Bedford, Iglesia Evangélica Bautista

Viviana de Belluscio, Buenos Aires

Ramón Jerónimo Benítez, Reconquista

Nancy Bianco, Buenos Aires

Herman Blaumann, Bariloche

Fidel Luis Bocchicchio, Lomas de Zamora

Mary Boero, Neuquén

Máximo Boero, Neuquén

Nestor Borri, Buenos Aires

Susana Botindari, Quilmes

Rodolfo Braceli, Buenos Aires

Mirta Braida, Buenos Aires

Rodolfo Brardinelli, Quilmes

Catalina Brescia, Mar del Plata

Ernesto Bruna, Tucumán

Luis Bruna, Tucumán

Damián Burgardt (seminarista), Quilmes

Bernardo Busso, Neuquén

Claudia Candelmi, Neuquén

Cecilia Canevari, Santiago del Estero

Magdalena Canevari, Morón

Antonia Canizo, Lomas de Zamora

Osvaldo J. Capitanio, La Plata

Miguel Alberto Cárdenas, Neuquén

Silvia Carrafiello, Rosario

Jorge Carreras, Rosario

Andrea Castaño. Morón

Cristina Castello, Buenos Aires

Alejandro Castillo, Rosario

Rufino Castillo, Rosario

Gabriela Castori, Quilmes

José L. Chiclana (Neuquén)

María Josefina Chino (Buenos Aires)

Carolina Conegliano, Tucumán

Pablo I. Copati, Buenos Aires

Nancy Cordero, Tucumán

Carlos Corral, Mercedes-Luján

Rosa Correa, Neuquén

Graciela Córsico, Buenos Aires

Katherine Cortés Guerrieri, Buenos Aires

Margarita P. Cuenca, Quilmes

Marta Deschamps, Rosario

Alejandro Dausá, Cuba

Ana Del Castillo, Reconquista

Isabel Del Castillo, Reconquista

Sergio Del Castillo, Reconquista

Juan Carlos DiMarco, Iguazú

Zulma Duarte, Mercedes-Luján

Nora Enecoiz, Buenos Aires

Adrián Eslaiman, Morón

Nelly Evrard, Alto Valle de Río Negro

María Cristina Faris, Neuquén

Sandra Ferrero, Neuquén

Susana Ferrini Colodrero, Córdoba

Liliana Fontán, Buenos Aires

Raúl Franco, Rosario

Lorena Gargiulo, Lomas de Zamora

Pablo Herrero Garisto, Avellaneda-Lanús

Dora Giannoni, Buenos Aires

Lidia Giannoni, Buenos Aires 

Marcelo Gil, Buenos Aires

Griselda González, Neuquén

Octavio Groppa, Buenos Aires

Ana Maria Guedón, Rosario

Valeria Herrera, Buenos Aires

Omar Huenchuleo, Neuquén

Ernesto Iglesias, Madrid, España

Omar Isern, Rosario

Ignacio de Isla, Lomas de Zamora

Ana María Ithurralde, Quilmes

Marta I. Kaupert, Neuquén

Juan Andrés Leiva, Mendoza

Josefa Lepori, Neuquén

Sylvia Lesa, San Roque

Cecilia Lipszyc, Buenos Aires

Mariángeles López, Santa Fe

Carlos López de Belva, Buenos Aires

Dante López Foresi, Buenos Aires

Liliana López Foresi, Buenos Aires

Salvador María Lozada, La Plata

Horacio Machado Aráoz, Catamarca

Daniel Maidana, Bahía Blanca

Fortunato Mallimacci, Buenos Aires

Mirta Mansilla, Quilmes

María Belén Mantilaro, Neuquén

Guillermina I. Marino, Quilmes

Marcelo Marmet, Paraná

Maria Laura Méndez, Rosario

Mirta Edith Mercado, Neuquén

Rafael Monti, Rosario

Alejandra Morzán Avellaneda, Reconquista

Patricia Elizabeth Müller, Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Misiones

Gustavo Naser, Córdoba

Concepción Nicolás Martínez, Murcia, España

Valeria Nicora, Córdoba

María Ester Obarrio, San Isidro

Emilio Ricardo Ocampo, Neuquén

Cecilia Olguín, Neuquén

Margarita Rosa Osés, Neuquén

Lydia Pallavicini, Morón

Francisco J. Parra, Córdoba

Cecilia Percara, Neuquén

José Luis Pereira, Neuquén

Leonardo Pérez Esquivel, Buenos Aires

Elena Picasso, Neuquén

Osvaldo M. Pisso, Rosario

María Gabriela Pisani, Quilmes

Jesús Plaza, La Plata

Matilde Quarraccino, San Isidro

Walter Quiroga, Francia

Inés de Ragni, Neuquén

Oscar Ragni, Neuquén

Héctor Hugo Rearte, Neuquén

Dolores de Rigoni, Neuquén

Peter Herman Rochón, Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Misiones

Angel Rodríguez Melgarejo, Buenos Aires

Julio Rudman, Mendoza

Verónica Rusch, Río Negro

Jorge Nelson Salaburu, Neuquén

Cecilia Salguero, Neuquén

Gloria Elizabeth Sánchez, Neuquén

María A. Santella, Quilmes

Mónica Scagliotti, Buenos Aires

Antonio Marín Segovia, Valencia, España

Fátima Setti, Tucumán

Andrea F. Silva, San Isidro

Pedro Bernardo Solís Cordova, Neuquén

Jorge Soneira, Buenos Aires

Daniel Sotelo, Lomas de Zamora

Daniel Sticotti, Morón

María del Carmen Suárez, Tucumán

Eduardo C. P. Valli, Azul

María Cristina Van Gelderen, San Isidro

Jorge Weishein, Vicario, Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Misiones

Roberto White, Rosario

Ezequiel Zapiola,San Isidro

María Antonia Zapiola, San Isidro

Edgar Zavala Rubio, Neuquén

Graciela Zolezzi, San Isidro

 

                  Comunidades

 Agrup. “Mayo”, Facultad Ciencias Sociales, Univ. El Salvador

Al Sur del Sur. Plataforma contra la Impunidad y los DDHH (España)

Asamblea de Mujeres por la Paz (España)

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata (Mesa Directiva)

Asamblea Popular Intersalud de Tigre (San Isidro)

Asoc. Argentina Pro-Derechos Humanos (Madrid - España)

Asoc. Civil Madre Tierra (Merlo-Moreno y Morón)

Asoc. Madres de Plaza de Mayo (Delegación Neuquén y Alto Valle)

Associació de veïns i cultural Cercle Obert de Benicalap, Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro (Valencia - España)

Carpa de la Resistencia (Rosario)  

Carpa de la Unidad (Ex-Cordón Industrial, Rosario)

CEBs (Rosario)

Centro Nueva Tierra (Buenos Aires)

Comunidad Adsis, Florencio Varela (Quilmes)

Comunidad San Pablo (Neuquén)

Comunidades de Base (Córdoba)

Comunidades Cristianas por la Justicia y la Dignidad (Córdoba)

Comunidades parroquiales de las parroquias San Cayetano, Crucifixión del Señor, Niño Jesús de Praga, María y José, Ntra. Sra. del Valle, Preciosísima Sangre (Córdoba)

C.T.A. (Buenos Aires)

Equipo de Pastoral Social (Neuquén)

Fundación Jaime de Nevares - Centro de Capacitación Laboral y Organización Solidaria (Neuquén)

Fundación SERPAC (Servicio para la Comunicación y Capacitación, de la Diócesis de Neuquén)

Grupo de Apoyo a Madres, de Neuquén  

Grupo Obispo Angelelli (Rosario).

Grupo Seminarios de Teología (Córdoba)

Grupo Seminarios de Teología (Misiones)

Hogares La Paz (Avellaneda - Lanús)

Radio Comunidad E. Angelelli F.M. 106 (Neuquén)

Red de Fe y Política (regional Córdoba)

Red de Fe y Política (regional Misiones)

Red por la Cultura de la No Violencia (Santiago del Estero)

Talleres de Creaciones Populares (Quilmes)

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